El Teniente de Justicia Y. V. Prokopov, investigador de la unidad de investigación para la investigación de actividades delictivas organizadas de la Dirección de Investigación del Departamento del Ministerio del Interior de Rusia en Samara, inicia un caso contra Samvel Babayan, acusándolo de organizar las actividades de una organización extremista.
A primera hora de la mañana, las fuerzas del orden irrumpieron en el apartamento de Samvel Babayan. Las fuerzas de seguridad pusieron en el suelo al propietario del apartamento y a su hijo de 17 años y leyeron la orden de registro. Durante la búsqueda de 6 horas, el investigador, tres oficiales operativos, dos especialistas en informática y tres soldados de las fuerzas especiales incautaron una computadora portátil, teléfonos móviles, unidades flash, un disco duro y tarjetas bancarias.
Toda la familia es llevada para ser interrogada al departamento local del Ministerio del Interior, luego el investigador detiene a Samvel Babayan y lo envía al centro de detención temporal.
La magistrada del Tribunal de Distrito de Zheleznodorozhny de Samara, Irina Velmina, opta por una medida de coerción para Samvel Babayan en forma de detención.
Samvel Babayan pasó las dos primeras semanas de su detención en el centro de detención preventiva en cuarentena. Ahora se encuentra recluido en una celda doble. Debido a las reparaciones, no ha habido suministro de agua en el centro de detención preventiva durante algún tiempo, por lo que los presos no pueden ducharse. El creyente pide ser trasladado a una celda para no fumadores, pero hasta ahora ha sido en vano. En general, está tratando de acostumbrarse a las nuevas circunstancias.
En prisión, las enfermedades crónicas de Samvel empeoraron y su sueño se vio perturbado. Antes de su arresto, se sometió a un examen médico y se preparaba para la cirugía. Su esposa le dio las medicinas necesarias.
Los prisioneros tratan al creyente con respeto. Recibe cartas y paquetes. Tiene algunas partes de la Biblia.
Apelación contra la medida de restricción de Samvel Babayan. A través de videoconferencia, el creyente cuenta que luego de sufrir un resfriado en el centro de detención preventiva, su salud se deterioró significativamente, un oído dejó de escuchar. El tratamiento que puede brindar el centro de detención preventiva no le ayuda. El tribunal no tiene en cuenta el estado de salud de Samvel y si tiene un lugar donde vivir. El creyente sigue tras las rejas.