El tribunal dejó a Dennis Christensen tras las rejas. Puede presentar una nueva petición de mitigación de castigo solo después de 6 meses

El 26 de octubre de 2020, el tribunal de distrito de Lgov, en la región de Kursk, se negó a sustituir una parte impagada de la pena de prisión de Dennis Christensen por una multa. El tribunal se refirió a la oposición de Christensen a trabajar en prisión, aunque dicho trabajo contradice su estado de salud.

Hace exactamente 4 meses, el mismo tribunal, pero con una membresía diferente, decidió liberar a Christensen. Esta decisión se tomó en respuesta a una petición presentada por el creyente después de haber cumplido más de la mitad de la sentencia impuesta por el tribunal y se le había otorgado el derecho de solicitar la mitigación de su sentencia.

Sin embargo, el Tribunal Regional de Kursk no tardó en revocar esa decisión a petición del fiscal y devolvió el caso a una nueva audiencia. Como resultado, Dennis Christensen no solo no recibió la libertad legal, sino que también se enfrentó a una presión adicional por parte de la administración de la colonia Lgov. En septiembre de 2020, la comisión de prisiones declaró injustificadamente a Christensen un "violador malicioso" del régimen. Se le obligaba regularmente a realizar trabajos que estaban médicamente contraindicados y tres veces se le colocaba injustificadamente en una celda de castigo (SHIZO). Esto sirvió de base para presentar características negativas al tribunal e influyó en la cuestión de la liberación. En total, el creyente pasó 37 días en SHIZO.

El ciudadano danés fue puesto tras las rejas en mayo de 2017 solo por su fe en Dios. En febrero de 2019, el Tribunal de Distrito de Zheleznodorozhny de Oriol condenó a Christensen a 6 años de colonia de régimen general. Hasta la fecha, Christensen, que no ha cometido ningún delito real, cumplió unos 4,5 años a partir de la fecha del juicio.

Los observadores de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, el Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Reino de Dinamarca, el Consejo de Derechos Humanos del Presidente de la Federación de Rusia y otras organizaciones conocidas expresaron su apoyo al primer preso de conciencia ruso entre los testigos de Jehová.

"Acusar y encarcelar a Christensen solo por confesar su fe es una violación inaceptable del derecho a la libertad de religión", dijeron observadores de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.