Biografía
En el verano de 2021, la vida de un pacífico padre de familia, Roman Adestov, se dividió en "antes" y "después": las fuerzas del orden llegaron a su casa con un registro, luego se llevaron al creyente para interrogarlo y lo colocaron en un centro de detención preventiva.
Roman nació en julio de 1976 en Kovrov, región de Vladímir. Su madre está jubilada. Su padre murió cuando Román tenía 13 años, y en 2016 murió su hermano mayor.
De niño, a Román le gustaba quemar leña, jugar al hockey y al fútbol. Habiendo aprendido a ser soldador eléctrico de gas, trabajó de profesión durante la mayor parte de su vida. En 2006, la administración de la ciudad de Kovrov otorgó a Roman un certificado de honor por muchos años de trabajo concienzudo y contribución personal al desarrollo de viviendas y servicios comunales. Después de su arresto, Román perdió su trabajo, pero le aseguraron que siempre estaban listos para llevarlo de vuelta después de resolver el tema de la persecución penal.
En 1998, Roman conoció a Alina, un año después se casaron. La pareja tiene una hija adulta, Yekaterina.
Al leer la Biblia, Román llegó a la conclusión de que las profecías registradas en ella se estaban cumpliendo. Esto lo impulsó a convertirse al cristianismo en 2006. Un año antes, su esposa se había hecho testigo de Jehová.
En 2018, los Adestov se mudaron de Kovrov al pueblo de Ivanovo. Llevan mucho tiempo soñando con una vida rural tranquila en su propia casa. Después de la mudanza, la principal afición de Román fue la mejora de la casa y la parcela. Alina dice: "Todo se hace por las manos de Román con amor, empezando por todas las comunicaciones en la casa y en la parcela, terminando la casa y terminando con la construcción de una casa de baños. La casa de baños es un pasatiempo, un momento favorito de descanso después de la estresante vida cotidiana". Ella misma se dedica a plantar flores y cultivar hortalizas. "Me estoy acostumbrando a las nuevas circunstancias sin un amigo confiable y un esposo amoroso a mi lado", dijo Alina después de que su esposo fuera arrestado.
Según sus familiares, Román es una persona amable y pacífica que no merecía estar tras las rejas. La hija no comparte los puntos de vista religiosos de sus padres, pero está muy preocupada por su padre. El anciano vecino incluso rompió a llorar al enterarse de lo sucedido.